Desde que llegué a Sevilla tenía un objetivo claro, conocer lo máximo posible la ciudad y como no, nadie puede decir que ha estado en Sevilla si no ha pasado una mañana en el Parque María Luisa y la Plaza de España.
Que encontrarás en este post
El parque María Luisa.
El bus que sale de Sevilla este, la línea 22 que te deja en el Prado de San Sebastián es un trayecto que es bastante largo, pero con el cual puedes contemplar varios lugares de la ciudad de Sevilla, como por ejemplo el campo del Sevilla F.C (aunque yo soy más del Betis). Desde este lugar el acceso al parque es muy fácil, tan solo tienes que cruzar un pequeño parque y ya te encuentras con El Parque María Luisa.
El parque en si es una maravilla floral, que contiene pequeños estanques con sus cisnes, patos y otras aves además de varias fuentes y monumentos que son conmemorativos a diferentes personalidades de la ciudad de Sevilla.
Llamado María Luisa en honor a la infanta María Luisa Fernanda, que fue quien cedió los terrenos del Palacio de San Telmo a la ciudad de Sevilla.
En medio del calor de agosto en Sevilla, se agradece pasear por un lugar cubierto por esta vegetación, donde los estanques y fuentes te proveen de la frescura necesaria que te permite disfrutar de la mañana.
Posee dos plazas en el interior, nombradas en honor a los dos puntos en los que la ciudad de Sevilla ha sido importante la Plaza de América conocida por la gran cantidad de palomas que se agolpan en ella, de las cuales la curiosidad más importante es que la mayoía son Blancas, lo que crea un atractivo peculiar en las familias y los turistas dando la posibilidad de fotografiarte con ellas subidas a tus brazos.
En todo el recinto se encuentran espacios en los que relajarte, como son las glorietas cuyo tema principal son los célebres personajes a los que están dedicadas.
A veces me encontraba perdido en mitad de la inmensidad del parque divagando entre mis pensamientos mientras miraba con los ojos de un turista la grandeza de la que los sevillanos se hacen eco sobre este parque que provocaba en mi sentimientos de felicidad, que apartaban mi mente del calor.
La capacidad de abstraerme de esa sensación me reconfortaba bastante, pues a cada glorieta que cruzaba veía cosas nuevas y algún rinconcito que parecía imposible que estuviera allí, como por ejemplo el Monte Gurugú, que es una delicia verlo en mitad del parque además de pasar por el túnel que lo atraviesa.
Disfrutar un ratito de la relajante cascada que desemboca en el escueto lago y por que no, subir al mirador de su cima desde donde puedes ver una gran parte del parque, esas experiencias son de las que no se olvidan.
Entre avenidas con grandes nombres y estanques, llegas a la siguiente plaza, la más grande, la que tantos han fotografiado y la que mejores sensaciones me produjo.
La Plaza de España:
El lugar más emblemático del parque es la Plaza de España, desde Lawrence de Arabia hasta La película “El Dictador” han tenido en esta plaza uno de sus lugares de Rodaje.
Aunque tal vez a muchos de vosotros os suene mucho más esta plaza en su aparición en “Stars Wars: el ataque de los clones” donde representa el planeta Naboo, el palacio de la reina Amidala.
La plaza simboliza el abrazo de España con sus territorios de América y está orientada hacia el rio Guadalquivir, como marcando el camino a seguir al Nuevo Mundo.
Los bancos de las provincias
Otro elemento destacable son los bancos que se sitúan bajo los 4 tramos de 14 arcos cada uno este se convirtió en uno de mis lugares favoritos de la plaza, sentarme en los maravillosos bancos (lo de maravillosos es por su diseño, no por su comodidad) que representan cada uno de los acontecimientos históricos de cada provincia española.
La plaza es una obra arquitectónica increíble, me hacía sentir pequeño mientras fotografiaba desde la entrada principal la foto que encumbraba la gran fuente con el edificio.
Mientras me acercaba, volvían a aparecer las gitanas que te ofrecen romero como reclamo para sacarte algo de dinero, cosa bastante típica en las plazas y monumentos andaluces, al mismo tiempo que comenzaba a escuchar los acordes de guitarra flamenca y los cantes de aquellos que están en las sombras de los arcos.
Esos soniquetes andaluces, eran bastante de agradecer (aunque soy un rockero empedernido) después de haber llegado de Holanda, esa música parecía devolverme a mi tierra, Andalucía, y aunque alejado de mi hogar, volvía a sentirme como en casa.
Los cuatro Puentes
La plaza tiene una ría que la circuncida donde además de contemplarla desde los cuatro puentes que te permiten el paso de un lugar a otro y cuyos nombres pertenecen a los cuatro antiguos reinos de España: Castilla, León, Aragón y Navarra, puedes navegarla en unas pequeñas barquitas de remo que te permiten disfrutar de otras panorámicas de la Plaza de España.
Las torres Norte y Sur
En el centro de la plaza, justo al lado de la fuente me volví a mirar de nuevo al parque, flanqueado por las dos grandes y bellas torres, me vino de nuevo a la mente la imagen del planeta Naboo, como el joven Anakin Skaywalker mi mente pasaba del lado de la luz al lado oscuro por momentos, mientas esas torres me abrumaban a la vez me sentía maravillado por los colores y los brillantes azulejos de las balaustradas.
El Interior
Después de contemplar todo el exterior, te introduces en el interior del edificio principal, donde la sede de diferentes gobiernos andaluces tiene cabida, y es allí cuando te das cuenta al fin de la magnificencia del edificio creado para la exposición de 1929.
La lastima es que no pude contemplar los interiores de los edificio, porque están ocupados por diversos órganos de gobierno, como son La Capitanía General de la II región militar, además de la delegación del gobierno en Andalucía, un museo militar que tampoco pude ver y por último la confederación hidrográfica del Guadalquivir, es en mi opinión una pena que este monumento, único en España y creo que en el mundo, no pueda ser contemplado en su totalidad por el visitante, pero…This is Spain.
Tal vez hubiera sido mejor dejar el edificio para lo que en realidad fue propuesto cuando se terminó la exposición Iberoamericana del 29, La Universidad laboral de Sevilla, algo que a parte de un avance, hubiera permitido al visitante disfrutar de esta maravilla arquitectónica.
Vuelta al centro.
Después de una mañana tan enriquecedora para mis sentidos, volvía sobre mis pasos hacia el centro de Sevilla para volver a coger el tren que me llevaba de nuevo a Sevilla este, y de repente topé con el edificio desde donde se cuece toda la actividad política de Andalucía.
El Palacio de San Telmo
El lugar donde se enclava el parlamento de Andalucía, y en el cual no pude entrar tampoco por que los guardias de seguridad que había en la puerta me lo impidieron, al no estar las puertas abiertas, así que me tuve que conformar con ver el edificio desde fuera.
Y aunque no pude entrar como ya he dicho, contemple un edificio increíblemente bello, con sus filigranas y su arquitectura que completaban el circulo de lo que había visto en el Parque María Luisa y la Plaza de España.
Aunque con la pena de no haber podido visitar el interior me dirigí a puerta Jerez, donde había planeado tomar un café tranquilo en un Starbucks que hay allí, mientras contemplaba el ir y venir de la gente, algo que desde que estuve en Ámsterdam aprecio bastante.
Con esta última visión de la ciudad y sus gentes abandono el centro para volver a Sevilla Este deseando que llegue el nuevo día para ir a visitar algún nuevo lugar de la ciudad, en el proximo post haremos un recorrido nocturno por sevilla para ir a cenar a uno de los mejores locales Torres Y Garcia