Crónicas de Holanda: Walibi Holland, toda una experiencia

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Quien me iba a decir a mí que con 32 años me iba a montar por primera vez en una montaña rusa. Desde que llegue a Holanda, el temor y el nerviosismo que acompañan siempre a una primera vez se hicieron patentes. Mi gran amigo y anfitrión Hans había conseguido dos entradas para este magnífico parque de atracciones en los países bajos, muy cerca de la ciudad de Ámsterdam.

Desde pequeño siempre he tenido miedo a las alturas, y ahora como se suele decir en mi tierra estaba cagao´ de miedo. Me había montado en el tren con el pensamiento de que la experiencia en Walibi Holland sería terrorífica, pues siempre me mostré temeroso de este tipo de atracciones, y más (aún si cabe) de las montañas rusas.

Entrada walibi

Parque de atracciones Walibi

Después de una hora de viaje en tren, llegamos al pueblo de Harderwijk donde tendríamos que coger un autobús que nos llevaría a Walibi. Casualidades de la vida, ese día en el parque había dos festivales de música, uno de Música House, y el otro de R&B, así que los autobuses estaban repletos de gente. Al llegar al parque, se descubrió lo que podemos llamar un lugar hiper-divertido donde tanto niños como adultos pueden disfrutar de todas las atracciones.

El precio de las entradas normalmente son unos 32€ para los adultos, pero nosotros las conseguimos en una App parecida a wallapop por tan solo 19€ y además mediante la propia App del parque de atracciones pudimos ahorrar tiempo en la cola, lo que era una espera de una hora se convirtió en tan solo 10 minutos.

Un clásico.

La adrenalina se disparaba por momentos, mis piernas temblaban como si fuera un niño pequeño, a cada paso que daba hacia la primera roller coaster de mi vida, decidimos empezar por un clásico, una wooden, o montaña rusa de madera conocida como el Robin Hood. ¿Una montaña rusa de madera? Pensé, perdonar mi ignorancia pero por lo visto es todo un clásico de los parques de atracciones de este tipo.

Al sentarme en el angosto vagón de madera, el espacio empezó a reducirse más drásticamente, en la cara de mi compañero y amigo se reflejaba una completa felicidad, la cual yo no entendía en ese momento.

Y allá vamos, el trenecito comenzó a moverse, subiendo por aquellos railes metálicos, el crujir de la madera resonaba en mis oídos y de repente, bajó sin previo aviso.

Me quede solo, la adrenalina disparó todos mis sentidos menos el oído, podía verlo todo, sentir el aire en mi cara, viajaba rápido agarrado a los soportes de seguridad. Un minuto después todo había acabado, estaba como al principio, pero me sentía feliz, increíblemente feliz, ahora entendía a la perfección la sensación que Hans tenia al montarse en la montaña rusa.

Salto espacial.

Con ese sentimiento de felicidad, tal vez fuera por la adrenalina, comencé a sentirme valiente, quizás demasiado, así que decidí probar el Space shot. La clásica lanzadera que hay en todos los parques de atracciones, la cola era gigantesca, pero como nosotros teníamos entrada VIP nos pasamos a la mitad de esa gente que esperaba allí.

Al llegar a la atracción, veía como los que estaban sentados en ella mostraban eso que sentí yo al entrar en el parque, la atracción como ya sabéis consiste en que te subes en el asiento y cuando te pones el cinturón y los operarios comprueban que todo está correcto comienza una cuenta atrás, esa cuenta que hace que tu cuerpo se tensione, que todo empiece a parecer peligroso, y súbitamente te lanza a más de 30 metros de altura en menos de tres segundos, lo que te provocar ese sentimiento en el estomagó que parece que todo se te va a salir, y rápidamente se frena, permitiéndote ver todo el parque desde las alturas, poco después estas de nuevo abajo, desabrochándote el cinturón de seguridad, y cuando comienzas a andar tus piernas tiemblan mientras te alejas sonriendo y mirando de nuevo a la atracción.

Un momento de tranquilidad.

Aunque el verano en Holanda no es caluroso todas las reacciones experimentadas en tan poco tiempo me habían hecho sudar, y necesitaba un pequeño respiro, al ir pasando por el parque para decidir que atracción probar, vi una realmente tranquila, se llamaba Crazy River, y es una cascada de agua donde vas montado en un tronco, la atracción perfecta para relajarte y refrescarte.

Te sientes como uno de esos porteadores de troncos que se ven en las típicas películas del Spaguetti western los domingos por la tarde. Y mientras surcas el rio loco puedes permitirte contemplar esa parte del parque tan tranquila, mientras las bajadas con el agua te salpican la cara y te sientes verdaderamente relajado.

Crazy river es el momento más relajante que puedes tener en Walibi, las demás atracciones son más excitantes, pero siempre está bien parar un poco para volver a experimentar un momento de tranquilidad.

Terror en la estación de metro.

Una de las mejores atracciones del parque es Platform13 Express, entrando por la entrada de la cola (en esta también teníamos pase VIP pero no lo usamos) vives toda la experiencia de la espera te introduces poco a poco en una estación de metro, en las megafonías vas escuchando que ha ocurrido un accidente, mientras ves imágenes de telediarios, en lo que se te informa de lo ocurrido.

Una vez dentro, empiezas a experimentar la sensación angustiosa de la multitud que te rodea, sientes el calor y te vas introduciendo en el túnel, mientras esperas a que las puertas se abran el vagón pasa muy cerca de los visitantes y oyes los gritos de la gente, eso multiplica tu sensación de terror en el metro.

Cuando se abren las puertas todo el mundo corre a sentarse, y ya empiezas a notar que esta atracción funciona de verdad. Las luces anuncian la llegada del lanzamiento, esta atracción sale tan rápido que en 2.6 segundos ya estas a 100km/h. Metido en el túnel no sabes que es lo que se avecina, y cuando te “disparan” sales directo hacia un doble looping de infarto, que pone a prueba todos tus músculos mientras resistes las fuerzas g, looping tras looping durante más de un minuto.

Al finalizar, has tenido una experiencia tan fantástica que te entran ganas de volver a subir y repetir nuevamente la experiencia de esta magnífica Rollercoaster.

Goodbye Newton.

Lost gravity es lo nuevo de Walibi, en realidad la experiencia es tal que puedes decir un Goodbye Newton por que literalmente es así, la sensación de gravedad se pierde en cuando efectúas el primer giro.

Aunque no es de las más veloces del parque, la rapidez se compensa gracias al diseño, en el que si te sientas como yo en uno de los laterales y no tienes el rail debajo sientes que pierdes la gravedad en cada giro y si, son muchos giros, muy cerca de los tubos, y del suelo que hacen que te lo pases en grande, disfrutando como un niño.

Los 90 km/h que alcanza, en tu mente se incrementan sin que tengas la vaga sensación de que viajas a esa velocidad, parece que vas mucho más rápido, y cuando están en medio del viaje, pierdes por completo la sensación de verticalidad, apretando los pies e intentando juntarlos, tratas de mantener la estabilidad de una forma inútil.

Justo cuando piensas que va a terminar por que la pendiente así lo indica, hay un último giro, ese que te pone recto para entrar al túnel que finaliza el recorrido, y es ahí, justo en ese momento cuando quieres volver a empezar de nuevo.

Matando al gigante Goliath.

La última montaña rusa de la que voy a hablar aquí no es nada despreciable, he decidido escribir de ella al final del post porque para mí fue la mejor experiencia de todo el parque. La montaña rusa más alta y rápida de todo el Benelux, el Goliath con 46 metros de altura y una velocidad de hasta 106 km/h.

La impresión de la caída casi vertical en la primera bajada hace que tus posaderas se levanten del asiento mientras contemplas como caes a una velocidad de vértigo, pero esto no acaba solo ahí, mientras el ruido de la velocidad ensordece tus oídos, el trenecito comienza a circular por unos anillos a ras de suelo, justo encima de un pequeño lago y lo más impresionante es que se coloca en posición horizontal, casi rozando las plantas.

Después de un momento de relajación en el que vuelves a subir, comienza la bajada con una pequeña torsión del carril de 1.2km de longitud, y empiezas a enfilar los saltos, 3 saltos continuos de subidas y bajadas que vuelven a aumentar la velocidad hasta los 106 km/h, y llega la última curva, una vez más horizontal, una vez más rozando la maleza, una vez más las caras de felicidad en todos los pasajeros.

Nunca había disfrutado así en tan solo 1:10 minutos.

Otras atracciones.

El parque tiene además otras atracciones, como una gran noria, un par de montañas rusas más, una con efecto boomerang y el cóndor, que es muy parecido al Jaguar en isla mágica, también tiene el rio grande y una atracción de simulador de vuelo. Las cuales probé tan solo una vez, y también fue muy grata la experiencia, pero después de las monstruosas montañas rusas que había subido, las demás experiencias parecían menos excitantes.

El día llegaba a su fin, la gran inyección de adrenalina que había sentido durante todo el día me había dejado cansado, estaba totalmente fundido pero me sentía totalmente muy bien, todo el nerviosismo y el miedo del principio habían desaparecido, y ahora quedaba una agradable sensación que hacía que quisiera volver a repetir uno de los mejores días de mi vida.

Pedro E. Juzgado

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